De los casi 250.000 incendios registrados desde 1961 en Galicia, 188.000 lo han sido desde 1990. El año con mayor número de incendios registrados fue 1995 con 15.121 fuegos.
Hasta ese año la evolución del número de incendios fue exponencial. En el gráfico se ha ajustado una regresión exponencial cuya fórmula se refleja en el mismo, con un resultado del coeficiente de correlación r2 superior a 0,85.
Tras esa etapa, en 7 de los 11 años entre 1995 y 2005 se superaron los 10.000 incendios por año en una tendencia de estabilización con ligera tendencia a la baja. Esta tendencia cambia con un abrupto descenso entre 2005 y 2008 y un ligero remonte en los últimos 3 años.
Se ha de tener en cuenta, sin embargo, que sería necesario realizar una revisión más detallada de los datos, para evitar el efecto de la aplicación de diferentes metodologías y criterios de recuento estadístico en distintas fracciones del periodo estudiado.
Por ejemplo, es conocido que en los años 60 y principios de los 70 solo se contabilizaban los incendios ocurridos en Montes del Gestión Pública, por lo que es de suponer que están muy infravalorados.
Asimismo, es razonable que el impresionante aumento durante los años 80 pudiera estar en parte influido por un incremento en la capacidad de detección y registro. De la misma manera los cambios radicales de tendencia posterior pudieran estar originados por un cambio en los criterios de denominación y clasificación de conatos, fuegos e incendios y en su registro.
La reducción de superficie media afectada por incendio se reduce, si cabe, aún más que la variable anterior pasando de grandes cambios anuales y picos cercanos entre 25 y 40 hectáreas a valores inferiores a 2,5 hectáreas desde 1991, con excepción de 2006 (cercano a las 15) y 2005 y 2011 (alrededor de 5 ha).
El porcentaje de arbolado en la superficie quemada permaneció estabilizado en torno al 45% entre finales de los 60 y finales de los 80. La mayor parte de la década delo 90 esta cifra permaneció alrededor del 20% aumentando de forma sostenida hasta superar el 50% en 2006. En los últimos años los valores han regresado al entorno del 20%.
En cuanto a las especies más afectadas, las proporciones son semejantes a aquellas en las que las mismas están presentes en cada una de las provincias y corregida con la mayor o menor incidencia de los incendios en las masas arboladas de las mismas.Las estadísticas del Ministerio de Medio Ambiente define el Índice de eficacia como la inversa de la superficie arbolada por incendio expresada en tanto por ciento. Así calculado, éste índice premia fundamentalmente la salvaguarda del arbolado en los incendios forestales.
Como puede apreciarse en el gráfico el incremento de este índice desde la puesta en marcha del Servicio de Defensa Contra Incendios Forestales y las enormes inversiones a el asociadas, es más que evidente. No obstante desde entonces, pese a los dientes de sierra, en los últimos años se aprecian una tendencia estable de disminución del mismo.
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